Qué pena me da la cantidad de hombres solos que hay en éstas épocas en las tiendas, con cara de estrés, comprando algo para sus novias/mujeres que indefectiblemente no les gustará, lo cambiarán a escondidas o lo guardarán en el fondo del armario hasta el siguiente invierno cuando él ya se haya olvidado de lo que les regaló.

Es que con tanto ambiente navideño, me sale la solidaridad y me dan ganas de ayudar, de decirles que por más gorda que esté no le lleven el XL, ni ese azul eléctrico de moda, ni esas botas de tacos de 35 cm.