Hace ya unas semanas, me llamaron de una consultora de RRHH por un puesto en otra empresa.
Al principio, estaba toda emocionada con la idea de cambiarme de trabajo e hice las entrevistas. Pero después de darle muuuuchas vueltas, me di cuenta que no era el tipo de trabajo que quería. Decidí que por más que quedará seleccionada, diría que no. No me interesaba.
Ayer me dijeron que "la búsqueda estaba resuelta".
Y tuve una sensación rara. Como la que tenés cuando ese chico que sabés que desde el colegio está enamorado de vos, se pone de novio con otra. Que aunque nunca lo vas a besar, te jode que bese a otra.
En fin, el gataflorismo a flor de piel.
Al principio, estaba toda emocionada con la idea de cambiarme de trabajo e hice las entrevistas. Pero después de darle muuuuchas vueltas, me di cuenta que no era el tipo de trabajo que quería. Decidí que por más que quedará seleccionada, diría que no. No me interesaba.
Ayer me dijeron que "la búsqueda estaba resuelta".
Y tuve una sensación rara. Como la que tenés cuando ese chico que sabés que desde el colegio está enamorado de vos, se pone de novio con otra. Que aunque nunca lo vas a besar, te jode que bese a otra.
En fin, el gataflorismo a flor de piel.
Etiquetas: experiencias, qué horror
La gata flora que todas llevamos dentro.
Aun cuando hayas decidido quedarte, es bueno saber que tienes opciones. no?
Hay para donde irse, eso da tranquilidad.
lo dijo Anónimo...cuándo? 20/10/08 4:25 a. m.
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